VIGILIA PASCUAL
La Vigilia Pascual es una conmemoración litúrgica especial y muy importante con la cual se celebra la resurrección de Jesús. La Vigilia Pascual marca el final del Triduo Pascual.
La Vigilia Pascual se realiza en la noche del Sábado Santo durante la víspera del Domingo de Resurrección o Pascua.
Es un momento en el cual los cristianos se regocijan de felicidad por la resurrección de Jesús, en todas las iglesias cristianas se realiza un ritual similar en la que se emplean los símbolos de la luz, el agua, la palabra y la eucaristía.
Antiguamente, existía la tradición de bautizar en la Vigilia Pascual a todas aquellas personas que aún no habían recibido el sacramento del Bautizo, de allí, que en la actualidad se empleen las velas y el agua como símbolos para renovar las promesas bautismales durante esta conmemoración.
La Vigilia Pascual se lleva a cabo con la celebración de una liturgia especial, por lo cual tanto los sacerdotes como los diáconos visten de blanco para festejar la resurrección de Jesús.
La Vigilia inicia cuando se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos. Estas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con incienso, esas cenizas se guardarán para el Miércoles de ceniza. Se apagan las luces de la iglesia y el sacerdote enciende una llama de fuego, con el cual prenderá luz al Cirio Pascual, el cual es bendecido y llevado en procesión a través de la iglesia mientras permanece a oscuras.
Del fuego del cirio pascual se encienden las demás velas que lleva cada persona y de éstas se encienden otras. La luz del fuego representa a Cristo resucitado.
Después de la procesión, ya con las velas encendidas, el sacerdote canta el Pregón Pascual, antiguo himno de Pascua.
Una vez bendecido el fuego se da inicio a la Liturgia, en la cual se realiza la lectura de siete relatos del Antiguo Testamento referentes a la salvación de Dios. También se leen Salmos del Nuevo Testamento y varios cánticos interpretados por un coro o cantor. Durante esta Liturgia se bendice el agua y se renuevan los compromisos y promesas bautismales. Se trata de una eucaristía mucho más especial que las que se realizan de manera cotidiana en la cual se entonan cantos de júbilo y alabanza. Para finalizar, los feligreses reciben la bendición.